
Somos lo que recuerdan de nosotros.
Últimamente pienso que no me gusta tanto lo que algunos recuerdan de mí. He pasado de oír recuerdos como mi sonrisa, mi sentido del humor, mi manera extraña de llorar mezclándolo con risa, a creer que recuerdan sólo mis inseguridad, miedos y nervios. Hasta en mi último informe de alta me describían: mujer. 27 años, nerviosa y con mucha ansiedad.
Y eso no es lo que quiero que recuerden de mí, porque no soy eso. Sí, últimamente se ve mucho, porque está ahí. Pero es como quien tiene un lunar enorme. TIENE un lunar, NO ES ese lunar. Yo tengo miedo, nervios, ansiedad y si me preguntan cómo estoy no escondo ese aspecto de mí. Pero soy mucho más que eso.
Quizás no encare bien el asunto y deba dejar de mirarme ese lunar o de buscarle remedios cada rato.
Quizás cuanto menos lo mire menos se aprecie.
Quizás esas personas no es lo único que recuerden de mí, y soy yo que interpreto que sus ojos siempre van a ese lunar.
Quizás hasta el lunar sea menos grande y menos feo de lo que creo.
Quizás en un rato borre este texto, quizás deje de avergonzarme de ello y lo publique en mi blog. Quizás eso sea un primer paso. Quizás este sea otro remedio milagroso. Quizás todos tengamos algún lunar parecido. Quizás ya se está haciendo más pequeño.
Últimamente pienso que no me gusta tanto lo que algunos recuerdan de mí. He pasado de oír recuerdos como mi sonrisa, mi sentido del humor, mi manera extraña de llorar mezclándolo con risa, a creer que recuerdan sólo mis inseguridad, miedos y nervios. Hasta en mi último informe de alta me describían: mujer. 27 años, nerviosa y con mucha ansiedad.
Y eso no es lo que quiero que recuerden de mí, porque no soy eso. Sí, últimamente se ve mucho, porque está ahí. Pero es como quien tiene un lunar enorme. TIENE un lunar, NO ES ese lunar. Yo tengo miedo, nervios, ansiedad y si me preguntan cómo estoy no escondo ese aspecto de mí. Pero soy mucho más que eso.
Quizás no encare bien el asunto y deba dejar de mirarme ese lunar o de buscarle remedios cada rato.
Quizás cuanto menos lo mire menos se aprecie.
Quizás esas personas no es lo único que recuerden de mí, y soy yo que interpreto que sus ojos siempre van a ese lunar.
Quizás hasta el lunar sea menos grande y menos feo de lo que creo.
Quizás en un rato borre este texto, quizás deje de avergonzarme de ello y lo publique en mi blog. Quizás eso sea un primer paso. Quizás este sea otro remedio milagroso. Quizás todos tengamos algún lunar parecido. Quizás ya se está haciendo más pequeño.